martes, 8 de enero de 2013

Efecto invernadero artificial

El clima de la tierra está influido por un flujo continuo de energía procedente del sol. Esta energía llega principalmente en forma de luz visible. Cerca del 30% se dispersa inmediatamente y vuelve al espacio, pero la mayor parte del 70% restante atraviesa la atmósfera para calentar la superficie de la tierra.
La tierra debe devolver esta energía al espacio en forma de radiación infrarroja. Al ser mucho más templada que el sol, la tierra no emite energía como luz visible. En cambio, emite una radiación infrarroja térmica. Este es el calor que emite un hornillo o parrilla eléctrica antes de que las barras comiencen a ponerse incandescentes.
Los “gases de efecto invernadero” en la atmósfera impiden que la radiación infrarroja escape directamente de la superficie al espacio. La radiación infrarroja no puede atravesar directamente el aire como la luz visible. En cambio, la mayoría de la energía saliente es transportada desde la superficie por las corrientes de aire, y termina escapando al espacio desde altitudes por encima de las capas más espesas de la manta de gases de efecto invernadero.
Los principales gases de efecto invernadero son el vapor de agua, el dióxido de carbono, el ozono, el metano, el óxido nitroso y los halocarbonos y otros gases industriales. Aparte de los gases industriales, todos estos gases se producen naturalmente. En conjunto representan menos del 1% de la atmósfera. Ello es suficiente para producir un “efecto de invernadero natural” que mantiene el planeta unos 30º C más caliente de lo normal, lo que es esencial para la vida que conocemos.


 Tomado de http://www.cambioclimatico.org/content/el-efecto-de-invernadero